Construimos nuestro camino rápidamente, sin apenas conocernos,
sin saber la luz de nuestros ojos. Poco a poco se fue convirtiendo en algo
especial a pesar de los obstáculos, rompiendo esas barreras que no nos dejaban
seguir adelante…
Todo iba perfecto, todo era maravilloso, hasta que una luz fue
alumbrando bien tu cara, tu ser,
entonces, empezaste a querer tomar caminos distintos, atajos… Yo prefería
descansar, hacer una pausa en nuestro viaje, estaba extraña… preocupada, ahora
te estaba conociendo de verdad y al mismo tiempo aborreciéndote, odiándote. Lo
cierto es que eso me daba miedo, yo no quería semejante cosa pero, te lo
estabas ganando a pulso… Así que decidí tomar mi propio camino, el camino de
vuelta, ya no quería seguir ese viaje a ese lugar desconocido, quería volver a
casa, y eso hice, sola, como antes de que aparecieras…
[…] Y así, formamos nuestra historia, nuestros caminos, por
distintos senderos.